TECNOLOGÍA Y ECONOMÍA: UNA APROXIMACIÓN A LA INTERPRETACIÓN ECONÓMICA DEL CONOCIMIENTO
TECNOLOGÍA Y ECONOMÍA: UNA APROXIMACIÓN A LA INTERPRETACIÓN
ECONÓMICA DEL CONOCIMIENTO
El fuerte proceso
de innovación tecnológica que han experimentado las economías avanzadas durante
los últimos años, conjuntamente con los efectos de la globalización económica y
el cambio en los patrones de consumo de los hogares, define una nueva economía,
que se caracteriza por una incorporación progresiva de la información y el
conocimiento en la estructura del valor añadido, lo que nos permite definir
esta situación nueva como la economía del conocimiento. Los avances de la
ciencia económica desde esta perspectiva se han concentrado a estudiar la
realidad económica del núcleo de la economía del conocimiento, es decir, la
industria de la información, y también los efectos, tanto microeconómicos como
macroeconómicos, que la economía del conocimiento tiene sobre los agentes y
variables económicos fundamentales. Sin embargo, pocos estudios -cabe citar
ahora el excelente trabajo de Shapiro y Varian (1999)- han analizado el papel
del conocimiento como factor productivo de relevancia creciente en el marco de
la teoría económica de la función de producción y, en especial, de la
producción en presencia de cambio técnico. Este artículo intenta aportar
algunas nociones elementales sobre como se puede inserir el conocimiento en el
análisis clásico de la función de producción con cambio técnico.
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El punto de partida
del análisis de la producción con cambio técnico es la definición de tecnología
y la tasa de progreso que tiene. Según la literatura económica aceptada, la
definición de tecnología que entronca con la visión clásica del desarrollo
tecnológico tiene unas características intrínsecas que han determinado el
análisis económico del cambio técnico. Efectivamente, los economistas
entendemos la tecnología como un estock de conocimiento social relativo a las
técnicas de producción de las actividades económicas. A medida que la actividad
económica se ha terciarizado en una primera fase, y se ha hecho más intangible
en una segunda fase, la definición misma de tecnología nos ha limitado a la hora
de explicar el papel que tiene con relación al crecimiento económico. La visión
inicial inspirada en la de Schumpeter del empresario innovador que tiene un
conocimiento sobre las técnicas de producción y sobre las características del
mercado de un output ha sido superada por la incorporación progresiva al valor
añadido de las actividades de distribución, de los servicios no destinados a la
venta, y, en la última fase de crecimiento, se ha caracterizado por las
tecnologías de la información y la comunicación, por los problemas de
valoración de este estock de conocimiento, con características intangibles.
INTERPRETACIÓN:
Parece evidente que
el análisis clásico de la función de producción no acaba de interpretar correctamente la importancia del
cambio técnico sobre el crecimiento económico.
La incorporación del conocimiento -entendido como el output productivo de la
información- como factor productivo de importancia creciente parece un camino correcto para mejorar el análisis del
cambio técnico y la repercusión que tiene sobre el crecimiento económico.
Sin
embargo, la incorporación del conocimiento como factor productivo se debe
entroncar con las hipótesis de la función de producción, en especial cabe
mencionar que el estudio de los rendimientos decrecientes se antoja como el
principal elemento que se debe determinar en este contexto nuevo.
Un primer
punto de partida, considerando la existencia de productividad marginal
decreciente de conocimiento, nos permitiría replicar el análisis de la función
de producción agregada con tres inputs que satisfacen las hipótesis
fundamentales, aunque queda mucho camino por recorrer en cuanto a la evidencia
empírica.
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